lunes, 18 de mayo de 2015

Triatlón HALF de Vitoria - 13 julio 2014

No había terminado 2013 y mi hermano Jose ya estaba inscrito al Triatlón de Vitoria (a celebrarse en julio de 2014) en distancia IRON, al igual que un considerable número de almerienses. A mí me llamaba mucho la atención ese triatlón en distancia HALF, pero las plazas en ambas modalidades se agotaron demasiado pronto. Afortunadamente, la organización abrió un segundo plazo más adelante y esa fue la nuestra; Pepe Casas se pegó al ordenador el día D para hacer su inscripción y la mía. Fue una pena que la fecha no cuadrara para el resto de amigos de CGM. La verdad es que ir a Vitoria siempre es un placer y si le añadimos, además, un triatlón y unas vacaciones por el norte con mis 3 chicas, entonces es imposible dejar pasar la oportunidad.

Tras unos días intensos de preparativos y finalización de tareas en el trabajo, partimos el jueves anterior a la prueba por la tarde con la idea de no darles mucha paliza de coche a las niñas. Parada a dormir en Despeñaperros y de nuevo a la carretera. Poco antes de llegar a Vitoria paramos a comer y reagruparnos con “los Pepillos” (Pepe, Pati Mario y Claudia) y así llegar juntos a casa de nuestros anfitriones. Cada vez que vamos a casa de Luisma y Estíbaliz me dan ganas de empadronarme en Vitoria. El agradecimiento hacia ellos hay que hacerlo extensivo al resto de la familia: Sara, Iván, Dorleta, Zaira y Fernando (y los ausentes esta vez por vacaciones Carlos y Maite), que nos tratan mejor que en un hotel de 5 estrellas.

Tras instalarnos y dejar que Pati llenara el frigorífico de cerveza nos fuimos a cenar a la “Soci”. Las Sociedades Gastronómicas son sólo una de las muchas cosas del norte que, lamentablemente, sería imposible implantar en el sur.

Al día siguiente nos vamos todos al centro y Pepe y yo nos escapamos a la reunión técnica y a recoger el dorsal. Nos encontramos con parte de la armada almeriense (mi hermano Jose, Alberto Agüero, Javi Baños, Gerardo, Luis, Paco Rojas y Pepe Salmerón).





El día está fresco y húmedo, pero parece que al día siguiente hará sol. Damos una vuelta por el centro con la familia, degustamos algún pintxo y nos vamos a comer a la "Soci" a deleitarnos con las magníficas albóndigas de Luisma. Por la tarde, con Fernando de guía de lujo, nos dirigimos al pantano a dejar las bicis, preparar la T1 y desinfectar el neopreno. La zona es espectacular y ya se respira un ambientazo; el muestrario de "cabras" no tiene desperdicio








Acto seguido nos vamos de nuevo al centro a dejar la bolsa de la T2 y a reencontrarnos con la familia para disfrutar un rato de esta magnífica ciudad antes de ir a cenar, esta vez a una pizzería. Por una serie de circunstancias (Pepe conociendo a familia a la que veía por primera vez, Pati en el hospital con el codo luxado de Claudia y los demás organizándonos) cenamos bastante tarde, con lo que estábamos preparando los “apechusques” a las 12 y pico de la noche. La noche se nos hizo bastante corta, ya que a las 6:45 teníamos que estar en la parada del autobús que nos llevaría al pantano.








Pepe y yo ocupamos las 2 últimas plazas de uno de los autobuses, por lo que hicimos separados el “viaje” hacia la T1. La verdad es que a esas horas, con ese frío y con lo que teníamos por delante tampoco me apetecía mucho hablar.

Estaba amaneciendo y Landa era ya un hervidero de gente, tanto triatletas como acompañantes. Es la vez que he llegado a una T1 con tanto tiempo de antelación, así que tras secar la bici (empapada por el rocío) colocar los botes y hacer los últimos preparativos aún nos queda un rato para la salida. Pasa por mi lado Alejandro Santamaría, a la postre vencedor en distancia IRON, así como otros ilustres conocidos (aunque ellos no me conocen a mí) como Ximo Rubert, Alberto Bravo o José Almagro. Nos acercamos al arco de salida, pero la niebla impide ver más allá de los primeros metros. Esperemos que levante!








Se acerca la hora y nos dicen por megafonía que cada triatleta debe situarse junto a su bici para proceder a la llamada. Estar descalzo sobre césped a 11ºC no es lo mejor, pero ya se encarga la muchachada de caldear el ambiente. Salen los PRO, unos minutos después las chicas y a continuación nos llega el turno a los del HALF. Pepe y yo nos deseamos suerte y vamos a colocarnos. El sitio bueno está cogido y no me decido a irme al extremo contrario para salir tranquilo porque me da la sensación de que haría bastantes metros de más. Al final, por el centro y en segunda fila, peor opción imposible. La natación es a una sola vuelta; se da la salida, entro en el agua y comienzo a luchar con una jungla de brazos y piernas; a los 200m me llevo un fuerte golpe en la cara que me saca las gafas, por lo que tengo que parar a colocármelas. Me sigue entrando agua, pero decido continuar apretando para salir de allí, lo que me provoca una fuerte subida de pulsaciones que deriva en agobio. He nadado mucho en el mar de pequeño, incluso he hecho la travesía del Puerto de Almería muchas veces siendo un crío y nunca había experimentado esa desagradable sensación de hiperventilación que ya me ocurrió en junio en el tri de Almería. En fin, relajo un poco el ritmo, cambio un poco la trayectoria y busco un sitio más tranquilo, que no me exime de atravesar el banco de algas del que ya nos habían avisado en la reunión técnica. Progresivamente voy volviendo a la normalidad y cuando llego a la primera boya doy la crisis por terminada. Continúo a un ritmo llevadero para intentar apretar algo en la última parte, pero sin forzar demasiado. Salgo del agua en 32 minutos con sensación de alivio por haber superado una situación comprometida.





Hago una transición bastante lenta, me pongo el maillot de bici sobre el mono y salgo a pedalear. Desde el principio me encuentro bien y, aunque voy decidido a reservar mucho en este segmento, el velocímetro va por encima de lo que yo podría esperar en un principio. El recorrido es a 2 vueltas, con muchos toboganes suaves y sólo un par de repechos más empinados, muy apropiado para rodadores potentes (que no es mi caso). Me va adelantando gente y de vez en cuando adelanto yo, pero me centro en disfrutar. El paisaje de la llanada alavesa es muy bonito, las nubes ya dejaron paso al sol y mis piernas van cómodas y con cadencia, así que voy fenomenal. Cuido bastante la hidratación y la alimentación y continúo disfrutando. La gente al paso por los pueblos anima mucho y eso también ayuda. Aunque ya se ha escrito bastante al respecto en este triatlón y en muchos otros, no quiero pasar por alto el hecho de que mucha gente no respeta las normas de drafting. Es algo incomprensible, pero me pasaron auténticos pelotones de 20 ó 30 integrantes. En esos casos yo bajaba el ritmo, comía o bebía algo, soltaba un poco las piernas y retomaba la marcha de forma reglamentaria. Había jueces en el circuito que no hicieron nada por atajar esto, una pena. A mí me da igual el puesto, pero me gusta que todo el mundo compita en igualdad de condiciones.
Mediada la segunda vuelta notaba que las piernas no iban igual de frescas, aunque seguían respondiendo bien. Mido mucho el esfuerzo que voy haciendo para intentar afrontar la carrera a pie con garantías de supervivencia y creo que lo voy consiguiendo. La entrada a Vitoria es muy emocionante. La gente en la calle, los conductores desde coches y motos… todo el mundo animando como si fuera en cabeza de carrera. Yo voy ya pensando en bajarme de la bici y ver a la familia para que vean que voy bien. Finalmente llego a la T2 y un voluntario me recoge la bici. 2h52’ para los casi 95km, a una media de 33km/h, un resultado por encima de mis expectativas, ya que salgo en bici 1 vez por semana y sólo he hecho una salida de más de 100 km en los últimos años.

Entro en el pasillo de boxes y otro voluntario me mira el dorsal, me indica dónde está mi bolsa y me pone una silla para ponerme las zapatillas de correr. No hay palabras para describir la labor desinteresada de estos voluntarios, que dispensaron un trato exquisito a todos y cada uno de los triatletas. 
Vuelvo a hacer una transición lenta, ya que me olvido de quitarme el maillot y me tengo que dar la vuelta. Al salir del pasillo y entrar en el circuito paso junto a Susana, las niñas y el resto de la familia. Paro un momento a dar algunos besos y me lanzo a correr con el subidón.




Voy bien de piernas, aunque intento no cebarme. Al paso por el parque de la Florida están mis padres, que habían hecho coincidir unas vacaciones por la zona con la fecha del triatlón. El recorrido, a 2 vueltas, es espectacular, principalmente por parques, zonas peatonales con sombra y todo muy al alcance de los ciudadanos, que se volcaron con los deportistas y nos pusieron los pelos de punta en más de una ocasión.

Paro para hacer un pis antes del km 5 y continúo. Voy rondando los 4’35”/km y sobre el km 8 empiezo a ver que no voy a poder mantener ese ritmo. Me acerco al final de la primera vuelta y las piernas empiezan a pesarme. El reencuentro con la familia y sus ánimos me recargan las pilas, pero la segunda vuelta promete ser dura. Bajo el ritmo, paro en los avituallamientos a beber y refrescarme (al final hizo bastante calor) y me preparo mentalmente para sufrir. No sé qué hubiera pasado en otro sitio, pero en Vitoria la gente hizo que ese sufrimiento fuera bastante más llevadero hasta el punto de ir convirtiéndolo en disfrute conforme se iba acercando la meta. La llegada en la plaza de España es apoteósica; se atraviesa la plaza para hacer unos 500 fuera de ella y se vuelve para serpentear entre las vallas atestadas de gente y cruzar el arco. Ese es el momento en el que todo el mundo es ganador y se experimenta esa sensación difícil de explicar que hace que, a pesar de los dolores, la uña perdida, las rozaduras, los madrugones, las salidas a correr a horas intempestivas, el encaje de bolillos para cuadrar familia, trabajo, deporte y otras cosas, etc, al rato ya estemos pensando en cuándo será el siguiente.



Entiendo a la organización, pero fue una pena que no permitieran entrar con los niños en meta, la verdad es que me hacía mucha ilusión. Al final, 1h45’ en la Media Maratón para un tiempo total de 5h17’. Muy contento con mi rendimiento (para el escaso entrenamiento), con las sensaciones, especialmente en la bici, y con el ambiente en general.

Tras la llegada de Pepe, también rindiendo de forma excepcional, llega el esperado momento del reencuentro con los sufridores




Aunque la experiencia fue muy buena, echamos de menos a nuestros amigos de CGM. Espero que en el futuro podamos hacer algo así todos juntos.
De momento, disfrutemos de lo conseguido y de unos merecidos días de vacaciones. Va por vosotras!



Mención especial merecen los titanes que completaron la distancia IRON. Mi hermano Jose Reina, Javi Baños, Alberto y Gerardo nos tuvieron en vilo hasta que consiguieron cruzar la meta tras mucho sufrimiento. Fue un día increíble que no se olvidará fácilmente. Una pena la lesión de Luis Alcalde, que le impidió terminar.



martes, 15 de abril de 2014

TRIWHITE SAN JAVIER



     Nos juntamos un grupo muy sano de Almería para el primer triatlon de la temporada ( Pablo Ramos, Fran, Juanjo, Javi Baños, Jose Mazo, Jose Antonio, A. Reina, Jose Reina, los Agüero, Mendoza, Baeza, Esteban,Franci, los debutantes Clemente, Paco Díaz y Susana y el último en llegar y el primero en liarla Rubén Tamayo, jajajaj). Si se me olvida alguien perdón pero ando tocado aun del esfuerzo, jeje.

    Recogida de dorsales, café y a ver el supersprint en el que Antonio, Susana y Clemente hicieron un buen trabajo dejándose ver sobre todo en bici y a pie.

   Se acerca nuestra hora y enfundados en los neoprenos




 calentamos un poco en un mar en buenas condiciones y nos colocamos en la orilla a esperar la salida. Toque de bocina y a evitar golpes. Se puede caminar bastante porque la profundidad es poca, pero no es agradable con tanto fango y durezas del suelo.
Una vez cojo ritmo veo que voy nadando bien y cómodo sin excesivos agobios. Paso las boyas limpiemente y salgo en 12 minutos la primera vuelta. La segunda más limpia y el chip me marca 25´14" a 1,41/100 (ni de coña 1500m creo yo).Por delante los triman de siempre, Alberto y Antonio que son pescaillos. Me sorprende ver que salgo del agua con Jose Reina pero se me va en la transición unos 50m que pensaba yo podría recuperar en la bici porque mi grupo era numeroso, de unos 15 pero solo dábamos relevos 4. No recortábamos nada pero tampoco se escapaban. Ese era el grupo bueno, En la tercera vuelta en un giro de 180º se chocan los dos de delante y tengo que derrapar y pierdo el grupo y me pego solo casi toda la tercera vuelta. Espero al grupo de detrás y vuelvo a coger ritmo. Veo que el "grupo bueno" de Jose Reina ha cazado al de Antonio y Alberto y me da rabia por mi lamentable transición con despiste gordo al salir con el dorsal en las manetas.


   Empiezo a correr y me digo que tampoco estaba la cosa para muchos trotes pero voy cogiendo mi ritmo.


Me voy cruzando con todos y estamos todos en carrera y cada uno con sus objetivos.Pablo me pasa con una facilidad pasmosa (puestazo al final, el 19º) y Antonio hace de las suyas poniendo ese puntito incómodo para sus acompañantes Jose y Alberto. Jose Antonio, que ha hecho una buena bici para ir tirando todo el rato sólo con sus acoples caseros está corriendo bien.Hago referencia a todos porque disfruto más viendo como van mis amigos que viendo mi sufrimiento, jajaja. Veo que Rubén va encendido detrás de Iglesias a un ritmo infernal, que a la postre le daría el segundo puesto y una alegría inmensa, por lo menos a mi. Se lo merece.

   En la última vuelta veo que Franci del CT Almería me está recortando a lo bestia, tanto que lo llevo a un metro y tengo que sprintar para que no me gane. Total, para un puesto 103, pero era mi 103.jeje

   Experiencia buenísima, sobre todo por la compañía.


   Próxima cita: Triatlón de Almería donde espero que esten los míos que me faltan, Pepe, Matías y Miguel.


viernes, 20 de diciembre de 2013

CARRERA CORTIJO DEL FRAILE PAUNIC TEAM



     Nuevamente me dejo engañar para inscribirme a una carrera. Pepe me enseña el trapo y entro. Tras una semana de comidas navideñas y compromisos el domingo me presento en La Cañada para irme a la carrera con la familia Casas Méndez al completo (que no se pierden una).Llegamos justos para recoger dorsales y saludar a los conocidos.
     A las 10 en punto dan la salida y los que hacían la carrera de 5kms y salen delante como toros. Yo salgo como siempre por encima de mis posibilidades y veo que Pepe viene conmigo.De momento perfecto según lo previsto, pero de pronto pilla tráfico en una senda estrecha y se queda un poco. Subida en el km 1,5 aprox. y se va estirando el grupo.


 Decir que las subidas eran muy tendidas y permitían ir rápido. Hago grupeta con Gerardo, del Tri Almería y vamos juntos todo el rato a ritmo para mi bastante bueno (4,15-4,25). En el primer paso por meta (km 4,5) vamos bien en unos 20min . Seguimos y en el 7 hay un giro de 180º y comienza a picar para arriba. Se me va Gerardo unos 50m para mi irrecuperables aunque aprieto en el último km pero nada.

     Finalmete entro en 47´36´´  a 4,27/km    47º de la general y 28º de mi categoría. Contento pero el correr más o menos bien se debió a que mi semana de entrenos fue un poco lamentable e iba sin carga.

Carrera muy recomendable por la organización y por el entorno espectacular.El año que viene más y mejor.

   

martes, 11 de junio de 2013

MARCHA CICLOTURISTA MARTINEZ OLIVER



     Amanece un buen día en Pechina, de momento sin viento pero las previsiones eran que soplaría un poco más tarde, pero al ser algo que no podemos controlar no nos agobiaremos.
     Me junto en la salida con mis escuderos Jose Antonio, Pepillo y Clemente, que aunque iba conjuntado con Paco Granados, este iba a otros ritmos, jajaja..Muchos amigos y caras conocidas. La prudencia hace acto de presencia ya que es nuestra primera marcha cicloturista y allí se ven ciclistas de verdad, finos como juncos. Comienza la neutalizada hasta Gádor y ya vamos a ritmos feos.Paramos en Gádor para la salida y me comenta Rafa Lao que ya va fuera de punto, jajajajaja, que trolero el tío.
     Lo primero que te encuentras en la salida es la subida de Los Millares, corta pero tendida, como a mi me gustan,jaja. La hacemos a buen ritmo y cuando llegamos arriba no veo a Jose Antonio pero como hemos subido mucho juntos por ahí sé que está a escasos segundos y que me cogerá arriba. Seguimos hacia el Ricaveral, un puerto mítico en Almería con 18kms de subida y sin mucha pendiente. Voy con Clemente y Pepe a buen ritmo y decido levantar un poco a ver si viene Jose, que esto es muy largo.
Clement dando un apretón en Ricaveral
 
    Clemente se va por delante y coronamos los tres juntos. Bajada pronunciada hacia Alboloduy y luego llano donde se iba rápido para coger dirección a Illar. En el llano vamos un grupo de unos 8 y Pepe y yo damos relevos, pero él a mi y yo a él, jajaja,.No importa que vayan a rueda .En un momento se corta el grupo y nos vamos Pepe y yo solos pero enganchan. La subida a Illar me pareció lo mas duro de la mañana y eso que era la más corta.
     Salimos de Illar juntos Pepe y yo y Jose muy pegado. Ese tramo hasta el cruce que lleva a los ventiladores por Alhama es muy feo y hace viento. Lo hago solo, solo, nadie por delante y nadie por detrás hasta Benahadux que cojo un par que van muertos. Voy bien y bastante rápido para ir solo. Es favorable y no se baja de 40km/h pero en Benahadux el cuádriceps me da un toque y me temo lo peor. Me doy unos golpes y bajo coronas para ir más atrancado y se me pasa, pero yo a los Baños no puedo subir atrancado y voy cagao por si me da allí. Llego bien a la base, cojo un vaso de agua y para arriba. Sé que me queda como mucho media hora, meto cadencia y empiezo a adelantar gente y me animo más porque veo que no me adelanta nadie, aunque los que quedamos ya somos de vagón de cola jajajaja.
                                                             Ultimo esfuerzo en Los Baños
                                                                    ¡Que clase tiene Pepe!
   
                                                      Jose con la vista puesta en Pepe. El tesón sobre una bici

  Los bichos ya van para abajo y en el km 5,5 aprox. veo un Quick Step delante; "¡¡¡Clemente!!!", bajo corona y me voy a por él. Le suelto un "Hola amigo" pero lleva cara de pocos amigos y parece que el no esperarme y no para en el avituallamiento le ha pasado factura pero lo quiero igual, jeje. Le digo que se ponga a rueda pero me dice que no va, Así que me voy y lo espero arriba para abrazar a semejante animalaco. Al final 28 min en los Baños (tiempo pobre para algunos pero teniendo en cuenta lo que llevaba encima y que mi record es 24 min estoy contento).Llega Pepe con Jose pisándole el culo y echándole los dos un par. Foto en meta y a casa. El año que viene más y mejor.
                                                       Pepe llamando al 112 para que nos recogiera,jajaja

   

martes, 21 de mayo de 2013

XXIV TRIATLÓN NACIONAL VILLA DE FUENTE-ÁLAMO, 27 de Abril de 2013, por Pepe Casas




El mes de abril ya estaba cargado de eventos pero no podíamos dejar pasar el triatlón con más tradición y solera de España, el triatlón de Fuente Álamo, que llegaba a su 24 edición. Tras haber corrido los 10 km del puerto y el duatlón de Almería pusimos rumbo al puerto de Mazarrón. La previsión meteorológica asustaba a cualquiera menos a los CGM, que estamos preparados para torear en cualquier plaza.




Este triatlón era desconocido por los tres CGM que decidimos embarcarnos; nuestro líder espiritual Antonio Reina, nuestro embaucador Paco Granero y un servidor que ve un charco y ahí que va. Trifuentealamo se destaca por tener dos zonas de transición diferentes ya que se nada en el puerto de Mazarrón, se pedalea hasta Fuente Álamo pasando por un puerto de montaña para terminar corriendo por las calles de esta localidad.

El horario de la prueba nos resultó bastante cómodo ya que nos permitió salir de casa a las 10 de la mañana, lo que no implicó madrugón y estar de vuelta a las 10 de la noche. Dicho esto el sábado por la mañana pusimos dirección a Fuente Álamo con la incertidumbre de lo que nos iba a deparar el primer triatlón de la temporada. Personalmente llegaba a este primer tri después de un par de meses en los que la intensidad del entrenamiento había ido incrementándose y mis entrenos de agua con David Zamora estaban dando sus frutos. Las sensaciones en la bici eran buenas y los ritmos de carrera también habían mejorado. Mi gran duda estaba en el agua, primer triatlón con neopreno después de haberlo usado un solo día.

Llegamos a Fuente Álamo a las 11:30 y fuimos directos a por los dorsales, primeras caras conocidas, Pepe Gómez, David Cristóbal, Juan Torres, Antonio Sánchez y demás almerienses dispuestos a dar el cayo en tierras murcianas. Nada más llegar empezamos a notar el ambiente que hace de este tri una fiesta especial en el pueblo y comprobamos que la organización ha echado el resto, especialmente en la "contratación" de voluntarias que nos atienden muy amablemente. Recogidos los dorsales nos dirigimos a soltar las flacas al camión que las llevará a Mazarrón y buscamos el pabellón para comer. Comida tipo buffet con ensalada, pasta, filetillos y algo de brea, .... suficientes calorías para afrontar la carrera con garantías.

Terminamos de comer y nos dirigimos a soltar la furgo, poner las zapatillas en el box, bien protegidas de la previsible lluvia que iba a caer, y tomar un café junto a la parada de autobuses que nos llevaría a Mazarrón. El viaje en autobús nos permitió hacer una inspección del puerto que íbamos a tener que subir con la bici. La primera impresión fue que, excepto el último kilómetro, las pendientes no eran gran cosa y se podía subir a plato. Después la carretera pondría a cada uno en su sitio.

Llegamos a Mazarrón y nos terminamos de equipar. Mono, vaselina, neopreno, chip y demás aperos nos llevan hasta la zona de salida en la que podremos ver primero todas las salidas antes de hacer la nuestra. El próximo año correremos en categoría élite.



Se da nuestras salida y al agua patos, primeros metros y primeras hostias, antes de de empezar a nadar ya había recibido un manotazo en la cara y en la primera brazada, primera patada. Decido dejar hueco, espero y empiezo a nadar. Las sensaciones no son muy buenas pero voy tirando como puedo. Salgo del agua y corro a por la bici en la que tengo que darlo todo si quiero pillar a Paco. Me llevo una sorpresa al ver que Paco aún está en el box. Sale un minuto antes que yo, un minuto que no podré recuperar porque el animalito anda mucho en bici y corriendo "flota". Me subo en la bici y en los primeros 200 metros ya siento que la natación me ha pasado factura y las piernas no van, para colmo la subida la hacemos con un viento en contra que no permite subir a plato, ni mucho menos. Me lo tomo tranquilamente y voy incrementando el esfuerzo poco a poco. En la subida me alcanza un chaval que va fuerte y que me anima a seguir su rueda, cosa que hago durante unos 7 kilómetros, justo hasta que mi bici me regala un Schleck y tengo que levantar el pie y meter la cadena en marcha, un kilómetro más arriba me hace otro en el que me tengo que bajar y meter la cadena a mano. Termino la subida con sensación de haber podido dar más, sensación totalmente errónea ya que todavía quedada el descenso y unos 10 km de llano hasta el box. El cielo amenaza lluvia. Desciendo a saco aprovechando que la carretera todavía está seca y recupero algunos puestos, voy buscando ruedas para ir oxigenando y dosificando para la carrera. Empieza a llover, carretera totalmente empapada. Ir a rueda es sinónimo de tragar agua. Empiezo a tomar precauciones en las rotondas y me uno a una pareja que me llevará hasta Fuente Álamo.

Llego al box y veo que la bolsa que le he puesto a las zapatillas no ha servido de nada. Mis noosa están empapadas, ha tenido que llover fuerte y todavía llueve aunque no mucho. Comienzo la carrera a pie intentando regular, el puerto ha pasado factura y me encuentro pesado en la carrera. Poco a poco voy cogiendo ritmo y disfrutando del circuito por las calles del pueblo, que, aunque lloviendo, está lleno de gente animando. La carrera a pie consta de dos vueltas a un circuito de 3 km con tramos de subida y otros de bajada. Termino con buen ritmo y buenas sensaciones corriendo bajo la lluvia que poco a poco va apretando. En el circuito me cruzo con mis dos CGMs que llevan muy buenas caras y mejores ritmos.




 Entro en meta y busco rápidamente caras conocidas. Estamos todos y eso ya es importante ya que el tri ha sido duro y peligroso. La organización nos sorprende con una sudadera seca, una buena dosis de fruta y bebidas varias. Todos contentos con la actuación, cada un va haciendo sus cuentas de tiempos, ritmos, diferencias ... pero la primera valoración es positiva por estar todos enteros. El análisis de tiempos los dejamos para el viaje de vuelta.

Emprendemos el trayecto de vuelta a la furgo para recoger las bicis, no antes de que nos caiga el diluvio universal y, entre tanta agua, se abra la puerta de un mercedes blanco desde el que saca la cabeza una Tri-rubia invitándonos a refugiarnos en su coche, invitación que obviamente declinamos ... todavía me pregunto  porqué, jeje.  

Recogemos las bicis, nos secamos, nos refugiamos y emprendemos el viaje de vuelta. Experiencia 100% recomendable que seguro que repetimos el año que viene pero con el resto de los integrantes de CGM y algún Mazo que seguro se apunta.

Un triatlón más a la saca y que sean muchos más. Gracias a las familias que nos permiten disfrutar de estos placeres que muchos cuestionan por el esfuerzo que conlleva. Enhorabuena a todos por el nivel mostrado, siempre mejorando, siempre inalcanzables. Y ahora toca seguir entrenando, próximo tri en la bahía de Portmán, objetivo entrar en meta con Paco.

lunes, 20 de mayo de 2013

II TRIATLÓN BAHÍA DE PORTMÁN, 12 de mayo de 2013. Por Antonio Reina




Este inicio de nuestra 3ª temporada triatlética ha sido un poco diferente a lo que habíamos pensado. Teníamos en el punto de mira el Tri MD de Marbella previsto para finales de abril, pero su cancelación hizo que finalmente optáramos por Fuenteálamo para abrir el baile, aunque a Paco Granero le surgió la posibilidad de ir a Elche y la aprovechó con una gran actuación.
Por mi parte, además, pese a haber sido uno de los afortunados que consiguieron plaza para Ronda en la modalidad de Duatlón, tuve que renunciar porque no llevaba el entrenamiento necesario para hacer un papel como el que me había propuesto. Buscando alternativas para quitarnos la espina en el mes de mayo surgió este Triatlón Bahía de Portmán, que algunos amigos hicieron el año pasado.
A mí me resultó muy atractivo desde el principio por varias razones: cerca de casa (ida y vuelta en la mañana), más distancias que un Sprint al uso (1-30-6) y un perfil de ciclismo bastante duro. Finalmente el principal atractivo fue poder disfrutar de él con 3 amigos de CGM, Paco Granero, Pepe Casas y José Antonio.
El despertador sonó a las 5:30, como si fuéramos a hacer un Ironman, jeje. Desayuno continental, últimos preparativos y a las 6:30 ya estábamos metiendo las bicis en la furgo de Pepe, vehículo oficial del equipo.
Tras 2h que pasaron volando llegamos a Portmán gracias al GPS de Paco. Los últimos km coinciden con el tramo de bici y pudimos hacernos una idea de lo que nos esperaba: un circuito muy duro en un paraje curioso, rodeado de canteras y minas. El día estaba nublado y fresco, amenazaba lluvia, que en caso de aparecer podría hacer muy peligrosos los descensos.
Aparcamos, tomamos un café como excusa para que algunos pudieran “pasar por boxes” y nos vamos a por el dorsal, donde vemos al resto de la expedición almeriense, Juan Torres, David Zamora, Elia, Rubén, Sebas y Ester. La entrega del dorsal es eficiente y vamos con tiempo, así que decidimos hacer el control de material y volver a la furgo a por el neopreno y aperos de nadar.


Al final no sé cómo nos las apañamos pero nos vemos corriendo hacia la playa con el tiempo justo. Dejamos en los mini boxes las zapatillas que utilizaríamos para recorrer los 500m que separaban la playa de la T1 y vamos a probar el agua. José Antonio va sin neopreno, pero el agua solamente fresquita, a 19ºC.
Se da la salida femenina, con apenas 14 participantes y nos preparamos para la nuestra, que sería 5’ después. Tras el descalabro acuático de Fuenteálamo, donde me coloqué en el centro y tropecé en la orilla, decido escorarme a la izquierda. Se da la salida y comienzo a buscar mi ritmo tranquilamente, sin golpes y sin agobios. La primera boya llega sin problemas, la dejamos a la izquierda y comienza el tramo más complicado, en paralelo a la línea de costa y con corriente en contra, además de unas pequeñas olas que incomodaban un poco. La visibilidad no era buena, al menos para mí, y la corriente arrastraba un poco hacia la costa, así que creo que muchos hicimos más metros de los necesarios en este tramo (1200 según el Garmin de Rubén, creo recordar). Dejamos la segunda boya también a la izquierda y enfilamos la parte final, donde aprieto un poco en la medida de mis posibilidades. Salgo del agua con mejores sensaciones que en Fuenteálamo (al menos he nadado tranquilo, a mi aire) y paso por la alfombra en 19’24’’, parcial 45 de los 153 finalizados masculinos.



Me calzo las zapatillas y echo a correr hacia la T1 mientras trato de ir sacando los brazos del neopreno con relativo éxito. Llego frente a mi bici y completo la operación con gran lentitud, más de 5’ en total.
Al contrario que en salidas de bici de fin de semana, donde me cuesta horrores entrar en ritmo, en estos 2 últimos triatlones que he hecho, quizás por su perfil de montaña, me ha resultado relativamente fácil encontrar en un ritmo “alegre” y llevadero. Estos perfiles ponen a cada uno en su sitio y coger ruedas no es tan sencillo ni tan aconsejable. El circuito consistía en 2 vueltas de unos 15 km con ida y vuelta: principalmente subida a la ida y bajada a la vuelta. Como suele ocurrir, sufro una hemorragia de posiciones durante todo el tramo ciclista, viendo cómo me iban adelantando auténticos aviones, algunos subiendo a plato. No me importaba lo más mínimo, yo iba a lo mío. Justo antes de la bajadita que llevaba al punto de giro viene el repecho más duro y ahí las piernas sí se quejan de lo lindo. A la vuelta me cruzo con Paco y veo que Pepe viene sólo unos metros por detrás, con lo que estoy seguro de que se acabarán juntando. Ambos han mejorado en el agua y Pepe ha vuelto por sus fueros en la bici, lo cual iguala mucho las cosas.



En la segunda vuelta veo que ya van juntos, pero la sorpresa es que les he sacado más distancia, lo que me indica que estoy haciendo buena bici. Por otra parte, veía que Sebas Argüello se iba acercando rápidamente; pienso que quizás podría ser un buen aliado, pero la verdad es que una vez me alcanzó no pude seguir su ritmo mucho rato. Me concentré en mis sensaciones, controlar el sufrimiento y en hacer una última bajada a Portmán que me permitiera recuperar algo las piernas de cara a la carrera a pie. Afortunadamente nos respetó la meteorología y apenas cayeron un par de gotas que no afectaron para nada. Me bajo de la bici en 1h06’41’’, parcial 92 de 153 y 27km/h de media en un recorrido en el que sólo 29 triatletas superaron los 30km/h. Lo que puede parecer un parcial mediocre, para mí fue una gratísima sorpresa, sobre todo teniendo en cuenta los poquísimos km de bici que llevo este año.

Segunda transición correcta pero sin prisas y empiezo a correr por el camino que habíamos seguido para subir de la playa a la T1. Tiene algunas piedras pero no muchas, así que por un momento pienso que tendría que haber elegido las Skechers, que tan buenos resultados ,me han dado en los 2 usos que tienen, en lugar de las Glycerin. Tras llegar a la playa se enfila otro camino que lleva hasta el núcleo urbano de Portmán, por donde transcurre el resto del recorrido de casi 3km al que había que dar 2 vueltas. Llevo un buen ritmo que creo que podría mantener bastante rato, pero no quiero apretar más porque llevo un atisbo de flato amenazando.



Al final disfruto mucho el recorrido, bonito por lo variado y por el entorno y entro en meta con el parcial 89  (de 153) de carrera a pie en 24’30’’, según la clasificación a un ritmo de 4’05’’/km, aunque seguro que fue algo más lento. Finalmente termino en mitad de la tabla, puesto 79 de la general en un triatlón con mucho nivel, aunque esto es lo de menos. Lo más importante para mí es que mi cuerpo responde cuando llevo un dorsal puesto pese a la escasez e irregularidad de entrenamientos que llevo. De hecho, no creo que se pueda llamar entrenamiento, simplemente voy a nadar, cojo la bici o salgo a correr cuando puedo, gracias a Susana, que se queda sola ante el peligro (en forma de niñas de 3 y 1 año)

En cuanto a mis amigos, Pepe Casas y Paco Granero dieron el toque "arcoiris" entrando de la mano en meta tras hacer buena parte de la bici y toda la carrera a pie juntos. El meritazo fue de José Antonio, que completó con solvencia un triatlón tan exigente aún saliendo de una lesión y tras un perído de poca actividad.         




Tras reagruparnos en meta, hidratarnos y comer algo de fruta, procedemos a los típicos comentarios de la jugada con el resto de almerienses. A destacar el carrerón de David Zamora y el de Rubén.

Triatlón muy recomendable, bonito y bien organizado. Da cierta envidia ver cómo en Murcia se dan muchas más facilidades a los organizadores de pruebas deportivas que en Almería. Sólo le puedo poner un "pero", aunque importante: la recogida de material de la zona de boxes tras la prueba estuvo ausente de control, aunque más por culpa de los triatletas y su impaciencia que de la organización (igual que ocurrió en Fuenteálamo), aunque ésta quizás podría haber puesto más recursos en mantener los boxes cerrados.

Terminamos de recoger las cosas, pero antes de irnos teníamos que inmortalizar el hecho de estar los 4 juntos allí, algo que desgraciadamente no ocurre con mucha frecuencia. Casualmente pasaba por allí uno de los triatletas que habían obtenido premio, así que nos hizo la foto cediéndonos para el momento ese trofeo que, sin duda, merecíamos nosotros, jaja




jueves, 18 de abril de 2013

TRIATLON DE ELCHE-ARENALES 113 POR PACO GRANERO

  

   Pues finalmente llegó una de las citas más esperadas de la temporada para mi, que aunque al final fui de rebote por una baja de un compañero del Club Triatlón Almería, tenía ganas de probarme de nuevo en un MD.
   Quedamos para irnos el sábado por la mañana todos juntos bajo la supervisión del maestro de ceremonias Paco Rojas, que lo tenía todo controlado al milímetro.


   Yo viajo con Javi Serrano, una adquisición del Club que dará que hablar. Un diamante en bruto que en un par de meses hace IM Niza.
   Llegamos a buena hora, nos instalamos y algunos deciden coger la bici, otros probar neoprenos y sensaciones, otros correr y algunos optamos por tocarnos un poco los hue.... jajajaja. Se incorporan compañeros de los Martínez Oliver, German y Elena Aguilar al grupo (que no todo íbamos a ser grupos de edad, necesitábamos élites y ahí estaba ella).
   Hechas comprobaciones vamos a comer un menú de boda que organizó Paco y que a la postre me impediría bajar de 5h. Sembrados entre ágapes y tercios Antonio Sánchez estelar, Germán y Paco.


   Y sin tiempo de bajar esos tercios nos da la hora de llevar las bicis al box y recoger los dorsales. Nos comemos unas colas de aupa y para dentro. Me empiezo a dar cuenta del nivel que hay al ver caras conocidas en este mundillo y unas cabras imponentes, aunque ya sé que hay que darle a los pedales también. Hecho esto cenamos y a descansar.
   5 a.m. en pie. Preparamos botes, geles, etc. y a maldesayunar como siempre a esas horas.
   Bajamos a muy buena hora de preparar el box sin prisas. Mi bici está entre la de Antonio Abad y Juanfran (vaya dos bichos). Nos enfundamos el neopreno y caliento un poco en el agua con Antonio e Isaac, ya que éramos los que salíamos más tarde. Las boyas me parece que están a 3km por lo menos.


El agua está genial y hay ganas de empezar. Cámara de llamadas de 35-39 y vemos a Enrique Pérez con muchas ganas también y me da un consejo del que luego me acordaría: "No te pases en la bici que luego a pie es durísimo". Pues así aprendo yo Enrique, a fuerza de collejas. Me pongo en el exterior para intentar no pillar muchos palos. Meeeeec!! Pues parece que los palos me persiguen siempre, pero nada fuera de lo normal. La primera boya la tomo por dentro y la segunda está lejiiiisimos. Finalmente también llego y en la tercera miro el reloj y llevo 23min y me falta un mundo aun.Mi ritmo es lo que se llama "comodo" y no estoy muy orgulloso de ello y más cuando había notado cierta mejoría en el agua (de la piscina, sí, pero mejoría). Salgo del agua en 38 min (muy mal, lo sé Gelo).
   Llego a la bici en una transición larga y lenta y sé que algo pasa al ver la bici de Antonio Abad allí cuando normalmente me mete 4 min en agua. Pienso que habrá tenido algún golpe, agobio y me pasará en la bici.
                                                     Unica foto en competición (Gracias Carmen Ruiz-Coello)
   Lo primero q te encuentras al salir de boxes es un rampón de unos 500m para no dejarte coger aire, pero pasado esto se va muy rápido hasta el circuito en la autovía. Un reguero de ciclistas van por la autovía en ambos sentidos con sus cabras y cascos aero . Una estampa preciosa. Las velocidades llegan en tramos a rebasar los 50km/h y los kms pasan rápido. Buen circuito para Jose "El acoples", que hubiera disfrutado mucho. Igual que paso cabras de 7000€ con lenticulares, me pasan hierros del paleolítico (ya decía que hay que darle a los pedales para andar). Es el momento de disfrute del día para mi. De vez en cuando se oyen gritos desde el otro lado de la autovía y es Paco Rojas jaleando a todos los almerienses. Termino el circuito y quedan 15kms para boxes con viento en contra que se me hacen durillos.
   Dejo mi bici, coincidiendo con Paco Rojas y a correr, lo que más me gusta,jajaja. Lo primero que te encuentras es a cientos de personas animando. En el primer km un tramo de escaleras precioso que la mayoría de gente hace andando y esa era mi intención pero al final lo subo corriendo. Arriba veo a Rafa Lao con ganas de echar a correr de un momento a otro y me da unas palabras de ánimo que se agradecen.
   Tras pasar las escaleras cojo a Paco y lo animo pero tiene dolores del cambio de bici a carrera y decido tirar yo. Me pasa Elena como un avión dedicándome también unas palabras de ánimo . Ella va 10ª y está en segunda vuelta ya. Me cruzo casi en el punto de giro con Pepe Gómez que me lleva unos 3 min y un poco después con A. Sánchez al que veo perfecto para llevar tanto tiempo sin correr. Luego veo a los voladores C. Cano, Juanfran, Zamora, Prieto e Isaac. Eso ya son otros ritmos. De momento voy bien. En el 7 aprox. pillo a Pepe (que tío más grande en todos los sentidos) que debuta en la distancia. Tramo de dunas graciosete en el que me acuerdo bastante de Ximo y a por la segunda vuelta. Escaleras andando, dunas trotando, y aprieto hasta el final. Entro a meta y otro a la saca.
Carrerón de todos en general, con tiempazos y retiradas por lesión de Fco. González y enfermedad de A. Abad.

   Agua: 38´17´´  (2´01/100)
   Ciclismo: 2h 31´46´´ (32,5km/h)
   Carrera: 1h 44´37´´ (5´24"/km)
   TIEMPO EN META:  5h02´43´´

  
   Lo bueno: la experiencia de este gran triatlón y el grupo que hemos hecho allí.
   Lo malo: que mis amigos de Cabo de Gata no han venido. Otro año no se escapan.
   Lo peor: La mala noticia que me dan en meta cuando me dicen que A. Abad está hospitalizado.
                  Pero es un tío fuerte y está bien y en casa.